JAVIER DIEZ y sus vistas de Alcalá
La ciudad de Alcalá de Henares está de enhorabuena. Un pintor de hoy, con una mirada de frescura e innovación plástica como es la de Javier Díez, se ha sentido atrapado como tantos otros por la ciudad de Cervantes, de los sabios y de las letras.
Los volúmenes superpuestos como manchas de colores, con rotundidad, tan contrastados, es un resultado atractivo de la potente imagen que este pintor, ha sabido sondear en sus bodegones y otros objetos de su pintura de los últimos años.
El salto al urbanismo, al espacio de la arquitectura, es un reto que nos ha sorprendido, pues vemos unos volúmenes que saben transmitir la riqueza de los vacios urbanos de la ciudad de Alcala. Ciudad por la que nos paseamos inmersos en el orden de sus arquitecturas dentro de la armonía y tranquilidad que nos transmite.
Escala, color y fuerza son las vistas urbanas con las que este pintor nos atrapa en esta exposición del Parador de nuestra ciudad.
No cabe un marco mejor que los tres antiguos Colegios sobre los que se ha construido y restaurado el lugar como Parador de Alcalá de Henares. Lo que hoy es un símbolo de actualidad, de la arquitectura más funcional y bella de Alcalá, un prodigio de contemporaneidad integrado en esta ciudad tan consolidada, es el marco idóneo para la plástica contemporánea que este pintor ha creado en los lienzos de la Plaza de Cervantes, de la Magistral, del patio de Santo Tomás y de unos skyline urbanos, que tanto nos llaman la atención.
JAVIER DÍEZ, ofrece un impacto nuevo de la ciudad, nos entrega una obra importantísima de imágenes contemporáneas y abstractas. Ya nuestros paseos no dejarán de retener en el alma y en la retina su paleta colorista, volumétrica y de líneas evocadoras. Es la fuerza de la pintura, su símbolo y maestría que no deja de sorprendernos con imágenes siempre nuevas.
Carlos Clemente. (Arquitecto, Universidad de Alcalá )
A propósito de “Escenas en Alcalá”
La reflexión sobre los espacios, los lugares, los momentos, y sobre la vida de las personas que comencé en la exposición “Escenarios”, continúa ahora en “Escenas en Alcalá”. Y no sólo porque en ella se representan diversos espacios urbanos de esta ciudad, que es la mía, sino porque hay algo más profundo y complejo que va más allá del espacio y tiene que ver con el tiempo.
El tiempo en que transcurren nuestras vidas, ese que trae y se lleva, que crea y destruye, que superpone, que solapa, pero que está presente en nosotros a través del mundo en que habitamos: los edificios de distintas épocas, los estratos de las ciudades que vemos en las excavaciones, la historia de nuestra civilización, y cómo no, en la representación de ese tiempo en nuestra mente por medio de los recuerdos que superponemos a nuestra visión actual de las cosas. Así, las dimensiones en el espacio físico nos acercan a una realidad y nos ofrecen la esperanza de que nuestra vida, así como nuestro mundo, exista siempre. Porque sólo es un círculo de innumerables dimensiones, donde la vida y la muerte están presentes como puntos de ese mismo círculo.
De esta forma me doy cuenta que mi reflexión no sólo es estética, sino que está engarzada en el mundo, en mi mundo, surge de la consideración de mi propia vida.
Javier Díez